domingo, 11 de octubre de 2015




¿A qué jugaban los niños?

Como los de todas partes y sobretodo como los de los pueblos ricos. No olvidemos que estamos en un pueblo labrador pastor; jugarían a guardar ovejas, que serían unos tiestos o unas piedrecitas que se distinguen del polvo del suelo; a hacer sus campitos y sus arados en las arenas o plazas de tierra movible, en las proximidades del pueblo; a edificar casitas; a unir ratones a un carrito; 3 a pares o nones; a montar a caballo sobre una caña larga; a plasmar sus caballitos en arcilla; a recoger el flujo de agua caliente de sencillas balsas; formar sus carritos y sus arados con las cosas más aparentes que se encuentran a mano. Exactamente igual que juegan nuestros niños por las calles de los pueblos. Ellos solían imitar al adulto. Las niñas se entretenían con sus muñecas, de las que se han encontrado varios ejemplares, incluso de brazos, piernas y cabezas articuladas; sus cocinitas de tiestos de bajillas, sus tiendas de ventas, sus hogares minúsculos. Conocían también las marionetas que por medio de un hilo se ponían en movimiento. Llamaban “delicium o delicias” a todo lo que entretenía a los niños y jovencitas en casa, tal como los animalitos domésticos. Los niños que formaban parte del entretenimiento en las grandes casas eran elegidos para ser compañeros de juego o para la diversión de las personas mayores por su viveza o agilidad. Nos referimos ahora a los entretenimientos de los niños, para lo que les servían los perritos, los corderos, los cabritos, las liebres, los conejos, etc., y todos los pájaros parlantes como el cuervo, la pica, el loro venid de India, el estornino… Los niños jugaban también con las cigarras y los grillos cantadores que guardaban en pequeñas jaulas preparadas e incluso con insectos voladores como “scarabaens”. Creciendo los niños, los carritos se hacían mayores y se enganchaban a ellos perritos y corderos, e incluso a falta de ellos los arrastraban otros niños mientras el organizador del juego, se montaba en el carro y hacía de auriga.
Realizaban diferentes juegos:
El escondite: uno de ellos se sitúa en un rincón o se tapa los ojos, mientras sus compañeros buscan un refugio donde ocultarse. El que es sorprendido y cogido en su escondite pasa a ser el investigador del juego siguiente.
Pares o nones: uno encierra en su puño piedrecitas o pajas e invita a su compañero a que adivine: ¿pares o nones?, el interpelado dice lo que le parece y si acierta a ganado.
La mosca de bronce: se le vendan los ojos a un niño y grita: “yo cazaré a la mosca de bronce”. Los otros responden: “Tú la cazarás pero no la atraparás”. Y corren zumbando hasta que es atrapado uno de ellos.
• La gallinita ciega: podían taparse los ojos de dos o más niños y tenían que cogerse y reconocerse sin hablar.
Caput aut navis: (cara o cruz). En ciertas monedas aparecía gravada en una parte la cabeza de “Jano” y en la otra el espolón de una nave. Su forma de jugar es idéntica a la nuestra.
• Dar sustos: este juego se llamaba “Mormolycion” uno se escondía detrás de la puerta y cuando sus compañeros estaban más entretenidos, salía de repente con una máscara puesta. Algunos caían horrorizados por el suelo.
• Micare: significa moverse rápidamente algo. Dos jugadores puestos de frente a una distancia oportuna levantan la mano derecha con algunos dedos tendidos y otros replegados, y al mismo 4 tiempo dicen un número; el que acierta la cantidad de dedos desplegados entre las derechas de los contendientes es el que gana. El número no puede ser superior a diez. Y como éstos había muchos más juegos.
La gimnasia: era parte de la educación de los jóvenes y buscaba el desarrollo equilibrado del cuerpo y del espíritu o empezaba a practicarse en la “palestra” y luego se continuaba en el “campus” bajo la dirección de un maestro.
La lucha: se trataban los combatientes cuerpo a cuerpo en duro forcejeo cayendo frecuentemente los dos en la tierra. Quedaba vencido aquel cuyas dos espaldas tocaran al mismo tiempo la tierra.
El disco: círculo macizo de bronce o de piedra de peso y de diámetro variable. Se pretendía lanzarlos lo más lejos posible.
Lanzamiento de jabalina: la jabalina solía estar provista de una correa corta cuyas dos puntas estaban fijas en el centro de la vara; en ellas se metía el dedo índice o el mayor con lo que se le imprimía un movimiento rotatorio para darle la estabilidad en la trayectoria.
Los columpios: los romanos se divertían con diversas clases de columpios o balanzas.

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